Boda rústica en Cantabria

Boda en la naturaleza. Cantabria

¡Llegó el momento!

Tras 15 años de noviazgo y enamorados como cuando todo surgió, decidieron dar el paso de formalizar la relación sentimental que les unía. Si bien tenían claro que querían convertirse en matrimonio, no vislumbraban una boda como tal por identificarse con un concepto exento de rigurosa formalidad. Su idea era montar una fiesta de aire desenfadado con la familia, en verano, ambientada con luces y música y con un montón de juegos que hicieran partícipes a todos sus seres queridos. Por eso, aprovechando sus propias habilidades –Paty, diseñadora de interiores de profesión y apasionada del DIY, y Manu, un auténtico “manitas” del bricolaje– y la ayuda de familiares expertos en diseño gráfico, hicieron realidad la fiesta que soñaban para convertirse en marido y mujer.

fotografo bodas cantabria

Fusión entre creatividad e ilusión

La misma semana que se casaron oficialmente en los Juzgado de Paz de Santillana de Mar (Cantabria), tuvo lugar la celebración en una finca privada de Tagle (Suances, Cantabria) en compañía de sus familiares y amigos. El enclave fue escogido por estar situado a escasos 800 metros de la playa y ofrecer los mejores atardeceres de la zona… ¡a pesar de que ello supusiera encargarse de absolutamente todo! Elegir un espacio no dedicado a la organización de eventos les permitió involucrarse el 100% y hacer de cada detalle algo muy suyo. Así, alquilaron mobiliario de Catal y carpas de diseño arquitectónico, contrataron equipos de hostelería profesionales, catering… y el resto: handmade por ellos mismos.

fotografo bodas cantabria

Envueltos de un aire natural y de una decoración de inspiración rústica –troncos coronados por jarros de cristal con girasoles, sillas tipo tijera, fardos de paja cubiertos de lona, señalización en madera…– llegaron juntos a la ceremonia en una Vespa negra, se intercambiaron las alianzas frente a un arco de plumeros que acaparaba todas la miradas y disfrutaron de su día de principio a fin. ¿Lo más destacable? El globo que armaron como photocall exclusivo, los vasos personalizados con los nombres de cada uno de los invitados, los juegos temáticos en formato XL, la zona de fotos de todos los presentes, el grupo de música en vivo, los apetitosos creps que prepararon los protagonistas del día y toda la papelería creativa, ¡incluidos los triángulos de cartón para las porciones de pizza! 

Llegando al final del día, tras divertidas pruebas y otros juegos, los novios regalaron ilustraciones personalizadas y otros obsequios, inauguraron la pista bailando al son del emblemático tema Perfect, de Ed Sheeran, y como guinda del pastel: ¡estallaron fuegos artificiales!

Naturalmente: guapos

Un clásico vestido de corte princesa a juego con unos zapatos de tacón y un traje tipo esmoquin o chaqué no encajaban con el tipo de evento. Por eso, ambos optaron por outfits estilosos sin renunciar a la comodidad. Paty se enfundó un traje vaporoso con discreta cola y cuerpo de guipur, firmado por la reputada casa nupcial Pronovias. Lo combinó con unas cuñas de esparto en amarillo, de Unisa, un peinado semirecogido desestructurado con una corona de eucalipto y un ramo que integraba tres radiantes girasoles.

Manu, por su parte, se decidió por un conjunto Hugo Bosspantalón tipo chino beige, chaleco de color taupe y camisa blanca de manga corta. Como complementos, una pajarita amarilla confeccionada por su suegra, un prendido en sintonía con la apuesta floral del día, tirantes personalizados con el logo de la boda, calzado acordonado de cuero marrón y un reloj de esfera cuadrada.

Reportaje 100% acorde al día

Ricardo Gutiérrez, profesional experto en plasmar la mezcla entre el estilo fotográfico documental y el contemporáneo en imágenes de calidad, fue el elegido por esta pareja para inmortalizar la magia del 25 de agosto de 2018. ¡No os perdáis la selección de fotos! Lejos de descubrir posados perfectos, en cada toma veréis que la felicidad y el encanto camparon a sus anchas el día en que estos enamoraros celebraron estar casados.

Texto original de bodas.net y fotografías de Ricardo Gutiérrez